El Salvador es una nación puesta
a prueba. El desafío no procede de un peligro exterior ni de una crisis
financiera global en esta ocasión. La economía salvadoreña esta en puntos críticos
históricamente hablando, y las maras junto con las drogas son altamente
perseguidas sin obtener resultados reales y concisos.
Pero lo que más preocupa a la población
es una profunda desconfianza del pueblo hacia sus mandatarios. El propio
presidente Sánchez Ceren, cuyos índices de popularidad realmente son mínimos,
agregando a esta la supuesta enfermedad la cual padece (insuficiencia renal),
los índices de asesinatos y corrupción en las cárceles y asesinatos de fiscales
de la Republica, han venido a abrir aún más los ojos del pueblo que ya no tiene
fuerza ni para pedir justicia. El pueblo está en silencio esperando un mejor
porvenir que nadie alcanza a ver.
¿Hacia dónde nos dirigimos? La
patria se desmorona, y no sabemos qué hacer. Ni siquiera las elecciones son
claras. Solo en Nuevo Cuscatlán (población de alrededor de 7,000 electores)
hubieron reportados más de 16 tipos de fraudes electorales, perpetuados por el
bloque de izquierda del país. ¿Sera eso democracia? ¿Sera eso igualdad?
Hemos llegado a un punto en el
cual las cárceles tienen más lujos que muchas de las casas en las cuales
habitamos. Que los centros penitenciarios son en verdad un centro de logística para
las maras, y en las cuales se dirige el rumbo o los lineamientos a seguir por
sus integrantes.
Empresarios millonarios (de
dudosa reputación) haciendo tratos con quien puedan para perjudicar a su competencia, sea quien sea y
como sea. Hasta el ex presidente Funes lo ha puesto en su Twitter, aseverando
esta teoría. Lo que me parece raro, es que a este empresario, al que nadie lo
ha acusado formalmente, anda viendo cómo se postula para puestos políticos y
como dice el dicho: “Quiere quedar bien con Dios y con el diablo”. No entiendo
si es el señor Ex Presidente o el famoso empresario Árabe quien está “matando
su chucho a tiempo”. Pero bueno, eso podría ser coincidencias de la vida.
Ahora bien, veamos qué es lo que
podemos hacer para que esto funcione de la mejor manera. La patria se desmorona
y estamos dejando que suceda.
Lo más fácil sería huir al
extranjero, como lo hacen día con día los habitantes del país. Lo difícil es,
pelear por nuestros derechos y ejercer nuestros deberes como ciudadanos. Ya que
en estos momentos nuestra sociedad este
dividida en 2 grandes grupos, la derecha y la izquierda, y por ahí alguna
prostituta vendida que se va con quien más le ofrezca. Pero esto no significa
que no podamos entender a nuestros opositores y llegar a acuerdos.
Como lo dijo Benito Juárez en
julio de 1867: "Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto
al derecho ajeno es la paz". 150 años después todavía es la regla de oro a
seguir por los pueblos.
Que la paz sea con ustedes por siempre,
AdC
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