miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Qué diría el Mayor Roberto D’aubuisson?

Publicado en MedioLleno el 3 de enero de 2014




Realmente he estado evitando escribir por cierto tiempo sobre algún tipo de tema político de actualidad, ya que me siento muy triste de ver cómo estamos manejando la política en El Salvador (robos, mentiras, desengaños, traiciones, etc.)  y las vueltas que le estamos dando a nuestro sistema de gobernabilidad en estos momentos.

Como un pensamiento muy propio, creo que durante mucho tiempo ya, la mejor solución a nuestros problemas de actualidad no vendrá de los políticos actuales y probablemente tampoco vendrán de los futuros políticos, sino de aquellos líderes salvadoreños que iniciaron sus carreras políticas con verdadera euforia patriótica y verdadero corazón hacia la paz, el progreso y la libertad.

Hace varios meses ya, tuve un sueño, el cual fui recordando más y más a medida que pasaban los días y a medida que los diarios publicaban más y más noticias perturbadoras de nuestro querido El Salvador. Era un  sueño en el cual regresaba a esos días de balas de los 80, con la única diferencia que ahora YO ya era una persona adulta y podía preguntar y opinar, no solo aceptar. Vi a un  presidente Duarte recibir de un helicóptero a su hija, que había sido secuestrada por la guerrilla. Vi a  personas corriendo, llorando y gritando pidiendo auxilio por un terremoto de 7.5 grados en la escala de Richter en 1986. Vi a personajes políticos emblemáticos de El Salvador, los cuales peleaban tras un mismo fin: acabar con la guerra que se vivía. Vi ambulancias corriendo en calles desiertas, con banderas blancas saliendo de sus ventanas en la ofensiva final de 1989. Hablé con soldados atrincherados tratando de defender sus cuarteles. Vi muchos problemas. Pero con todo y todo, eran más sencillos de explicar que lo que vemos ahorita diariamente.

Veo a un Mayor Roberto D’aubuisson, dirigiendo las campañas políticas y hablando con el pueblo de una manera clara, sencilla y carismática. ¡Aplaudiendo y cantando con la mano hecha un puño en su corazón! Era una etapa en la cual se necesitaba un cese al fuego, un abrazo al pueblo y un líder emblemático, no de robos millonarios al propio El Salvador. Eran tiempos más sencillos y más duros (en teoría), ya que con una guerra como la que teníamos, morían muchas personas inocentes. Pero ahora hay muchos más asesinatos a diario sin estar en guerra.

Esto se me hace hasta bíblico, tipo parábola (sin darle un tono de irrespeto a estas): cuando el padre o la cabeza del pueblo moría, dejaba a sus hijos  la herencia económica, carismática, intelectual y dejaba lineamientos para el buen funcionamiento de  su pueblo y la vida de las personas que en este moraban. ¿Pero qué hicieron los hijos tras la muerte del padre?  Uno de ellos despilfarró la herencia, el otro de ellos se fue del país a empezar una nueva vida de rico, uno se quedó con la casa e hizo fiestas hasta que el dinero se fue acabando. El otro al no tener “policía” cerca hizo actos indebidos  ¿Les parece familiar esta historia? ¡Por supuesto!

Ahora la pregunta sería… ¿Qué hiciera un Mayor Roberto D’aubuisson al ver lo que está pasando en actualidad? ¿Qué fuera lo que le dijera al pueblo salvadoreño para motivarlo hacia la Paz, el progreso y Libertad? ¿A quiénes sacara de su partido? ¿A quiénes apoyaría en estos tiempos?  

Quisiera saber que pasaría por la mente del Mayor Roberto D’aubuisson al ver a su país como está ahora después de su muerte. Quiero decir que este escrito en realidad no es una crítica al partido ARENA, ni una ofensa al FMLN  o a personajes políticos presentes y pasados. Solo son preguntas que me hago a mí mismo, porque si con los políticos no se puede, capaz debamos de regresar a los militares para que haya una gobernabilidad que sea más balanceada y justa para todos, en lugar de tener ladrones con cuello blanco que expresen: “La ley anti-lavado es aprobada para todo El Salvador menos para nosotros (diputados) y el Señor Presidente!” ¿Qué es eso?

En vista de que no tengo un líder político definido actualmente y me encantaría que realmente surgiera uno y me motive a mí tanto como al pueblo a creer nuevamente en la democracia que tanto anhelamos. ¿Adónde nos equivocamos Mayor? ¿Adónde dimos una mala vuelta? ¿En quién deberíamos de creer ahora? Aunque no estoy afiliado a ningún partido político, ¡quiero a mi país! Y creo que cualquier salvadoreño que quiere que su país progrese quisiera decir y gritar sus palabras:

¡PRIMERO EL SALVADOR, SEGUNDO EL SALVADOR Y TERCERO EL SALVADOR!

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